Un alcalde permite que se levante una vivienda en suelo rústico en la misma parcela de otra ilegal
En el Concello de Trasmiras, lo de legalizar viviendas no se estila. El propio regidor municipal, Emilio José Pazos, en un reciente pleno extraordinario para dar cuenta del procedimiento que sigue la Fiscalía por una supuesta prevaricación, afirmaba que eran numerosas las casas que no cuentan con título habilitante, eludiendo las responsabilidades que le confiere la Ley del Suelo de Galicia, texto que en el artículo 12 establece claras competencias: "Los municipios ejercerán, en todo caso, como competencias propias todas las facultades que les son atribuidas en la presente ley en materia de planeamiento, gestión, ejecución y disciplina urbanística, protección del patrimonio histórico, promoción y gestión de la vivienda de protección pública, con criterios de sostenibilidad financiera, y conservación y rehabilitación de la edificación, salvo que estén expresamente atribuidas a otras administraciones", recoge el texto legal.
Es más, en el Concello de Trasmiras, y concretamente en la localidad de Escornabois, son capaces de ir más allá. Permiten que se levante una vivienda en suelo rústico, intentan legalizarla con una licencia de uso agropecuario cuando resulta patente que se trata de una casa pese a las ligeras modificaciones con las que han intentando convencer a la APLU (Agencia de Protección da Legalidade Urbanística) y, para más inri y en la misma parcela de la vivienda que llegó a tener una orden de demolición, dejan que se levante una segunda -la del color blanco en la imagen- dotada incluso de antena, chimenea metálica y hasta dispositivo de alarma.
El caso es difícil de resumir. Pero vamos a intentarlo. Un vecino de Escornabois, en Trasmiras, decide levantar una vivienda en suelo rústico, algo que además de ser ilegal tiene responsabilidades penales por tratarse de un delito contra la ordenación del territorio. No ocurre nada hasta que un cruce de denuncias entre varios vecinos de la localidad llega a una secuencia de regularizaciones en domicilios que no contaban con licencia municipal. Hasta la propia madre del alcalde había construido ilegalmente -no lo decimos nosotros, lo confirmó su propio hijo en un pleno de la Corporación-.
Sin embargo, uno de los propietarios, Don R. P., no consiguió regularizar su situación y la Agencia de Protección da Legalidade Urbanística de la Xunta de Galicia siguió con el procedimiento. A su vez, en el Juzgado se instruían diligencias por un delito contra la ordenación del territorio, tipificado en los artículos 319 y siguientes del vigente Código Penal.
A Emilio Pazos Ojea, y a su equipo de Gobierno, no se les ocurrió otra solución que otorgarle una licencia de construcción para uso agropecuario a la vivienda construida -la de color salmón en la imagen, porche y techo a dos aguas-. El propietario debería derribar toda tabiquería interior -no se puede comprobar porque se han cuidado de cubrir todas las ventanas con papel de periódico en papel-, colocar una puerta "carral" de madera y retirar aquellos dispositivos de conexión audiovisual.
La arquitecta municipal dice que visitó las obras y acabó informando que las modificaciones se habían realizado. Con su informe de 7 de julio de 2022 convencieron al Juzgado de lo Penal número 2 de Ourense para que no siguiese adelante con la demolición -aunque cuesta creer que si desde el tribunal enviasen una comisión de comprobación diesen por bueno ese informe-.
Pero, a quien no convenció el informe de la arquitecta municipal, encargado por el grupo de Gobierno que preside Emilio Pazos, fue a la APLU, la agencia gallega que vela por la responsabilidad urbanística. Y así, el pasado 26 de septiembre de 2023, remitían un requerimiento de revisión de licencia urbanística, solicitándole al regidor que declarase nula de pleno derecho la resolución de concesión de la licencia para la "legalización de edificación y ejecución de obras de nueva distribución interna (...)" por ser contraria al ordenamiento jurídico.
Esto es, que al departamento autonómico no le "coló" la solución propuesta por el alcalde de Trasmiras porque, pese a la adecuación propuesta en esa nueva licencia, lo que allí se ve parece una casa, tiene el tejado de una casa, ventanas con rotura de puente térmico de las que tienen las casas, y hasta un porche de entrada rematado en madera, muy propio de las casas.
Desconocemos si la APLU sabe de la existencia de una construcción pareja a la vivienda construida sin licencia que también presenta elementos propios de una vivienda, como antena o chimenea.