Amén del programa musical de las fiestas de Lamas -que siempre es atractivo y de mucha calidad-, el otro de los reclamos de sus celebraciones patronales son la eucaristía, la posterior procesión y el baile final de sus danzantes en la plaza del pueblo.
Pues bien, este domingo, la ya pertinaz (y odiosa) lluvia, que no dio respiro alguno en las horas centrales de la mañana, obligó a suspender la procesión. Pero no pudo con la danza de sus ocho "donceles" que bailaron para un centenar de personas bajo la carpa instalada por la comisión.
Tielas Santiago venía con ritmo. Los músicos de su Agrupación obligaron a los danzantes a mover, si cabe un poco más rápido, su esqueleto.
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FOTOS: Noelia Caseiro.
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