“Llegan las navidades y a ver cómo hago para no pasarme con la comida”. Esta es una de las frases que más escucha estos días Ana López Hernández, nutricionista del Servicio Galego de Saúde (SERGAS), que pasa consulta en el Centro de Salud de Xinzo de Limia.
¿Cómo podemos disfrutar de las comidas navideñas sin perjudicar a nuestra salud?
Si tenemos en cuenta que los encuentros navideños y las comidas asociadas a ellos son más bien de tipo ocasional e intentamos comer el resto del tiempo de forma saludable, la Navidad no tendrá ese impacto negativo en nuestra salud. Los días realmente señalados pueden suponer entre unas 6 y 10 comidas más copiosas de lo normal. Pero no deberíamos pasar el mes entero ingiriendo más grasas y e hidratos de carbono de lo recomendable.
¿Qué consejo darías a una persona que quiere mantener una dieta lo más saludable posible aunque se permite este paréntesis?
Medir muy bien lo que ponemos en la despensa. Hacer una compra normal y cuando lleguen los eventos intentar elegir las porciones justas de turrones, polvorones y otros productos asociados a estas fechas, lo que evita que estemos comiendo en exceso antes de lo previsto y también después, con las sobras durante el mes siguiente.
¿Qué alimentos saludables podríamos incluir en estas comidas navideñas?
Equilibrar las comidas con una base abundante de verduras. Dado que este tipo de eventos suelen dar protagonismo a las carnes, embutidos, mariscos, etc., se puede añadir en los entrantes algo de ensalada o legumbres. Un ejemplo es el ‘humus’ o paté de garbanzos con palitos de vegetales, en lugar de los típicos pates con pan, que son más calóricos. Y por supuesto, no olvidar que la fruta también puede formar parte del postre. En general, más alimentos de origen vegetal como acompañamiento a los de origen animal.
¿Es conveniente hacer dieta antes o después de las Navidades para compensar los excesos?
En general, tenemos que evitar acciones que creen lo que yo denomino “una mala relación con la comida”. Pensar que los alimentos solo nos hacen ganar o perder peso es erróneo. La comida tiene un factor de disfrute, de acto social con nuestros seres queridos y -por supuesto-, nos aporta los nutrientes que necesitamos para estar vivos. Por tanto, lo ideal sería llevar una dieta lo más saludable posible durante todo el año y en las fiestas, disfrutar del almuerzo o la cena sin preocuparnos por las dietas compensatorias, sino escuchando a nuestro cuerpo.
¿Qué papel juega el ejercicio físico durante las fiestas?
Es fundamental durante todo el año, pero cobra relevancia durante este período porque, precisamente, nos ayuda a amortiguar el exceso de calorías. Incluso nos puede ayudar a convertir ese exceso de comida en masa muscular en lugar de masa grasa. Esto último es lo que es lo que ocurre si comemos por encima de nuestras necesidades y nos quedamos sentados, pero si hacemos ejercicio de fuerza, podemos aumentar la masa muscular y mantener una composición saludable que nos ayude a recuperar nuestro peso de forma más natural si nos preocupa haber ganado algún kilo.
¿Cómo podemos ayudar en estas fechas a las personas que tienen trastornos alimenticios vinculados a la salud mental?
El consejo más importante es no opinar sobre lo que come o cuánto come una persona. Tanto quien ingiere compulsivamente como quien no quiere comer demasiado para no engordar, tiene sus propias preocupaciones y procesos que pueden y deben tratarse de la mano de un profesional. Aunque como amigos o familia creamos que estamos ayudando con comentarios tipo “hoy sí que has comido” o “no comas tanto”, lo que hacemos en realidad es empeorar la situación. Tampoco debemos insistir cuando ya esa persona ha dicho que no quiere comer más.
¿Podemos disfrutar de las Navidades sin que la comida sea la protagonista esencial?
Tenemos una cultura en la que solemos celebrarlo todo en torno a la mesa. Podemos proponer también algo de ocio activo con la familia y los amigos, tanto fuera como dentro de casa. Siempre habrá Navidades, Semana Santa, cumpleaños, bodas o cualquier otro evento que nos vincule con la comida. La clave está en mantener un equilibrio y centrarnos en disfrutar del momento. Y si necesitamos ayuda, recordar que para eso están los profesionales dietistas y nutricionistas, como los que la Xunta de Galicia ofrece dentro del cuadro de Atención Primaria de las distintas áreas sanitarias.